jueves, febrero 12, 2009

qué más me encanta de la vida

los retos.
los que se están llevando todas mis energías por este tiempo son los del trabajo, lo demás, digamos que va bien.
ha sido tan demandante, como casi siempre, pero la ventaja es que ahora puedo concentrarme más en eso.
y en medio de un entorno profesional, lo más difícil no es elegir por ejemplo una solución tecnológica, resolver problemas tecnicos, investigar y aplicar, plantear alternativas, estructurar un proyecto, no, nada de eso técnico-académico es lo más difícil.
lo más complicado es involucrar a la gente, a las personas de las que uno depende y a la vez dependen de uno.
y no pasa solo en lo laboral.
el tema es que sea cual sea la situación en la que estemos, somos clientes y proveedores al mismo tiempo.
y el pedir es lo más fácil pero no el dar.
así que uno tiene que uno que hacer es recurrir al bendito arte de influir.
el otro día le pregunté a mi sensei que él cómo hacía para influir en la gente y hacer que hicieran lo que tenían que hacer, y resulta que le cuesta un montón lograrlo hasta la misma gente que trabaja con él, entonces ¿qué queda?
seguir siendo creativos pero cautelosos.
no se puede echar de cabeza a las personas porque de todas formas van a trabajar con uno, y lo peor que puede pasar forzarlos a trabajar de mala gana y peor, con resentimiento. La camisa no es de una sola puesta, dice mi mamá.
pero me pregunto... si es su trabajo, porqué rayos no lo hacen?
sencillamente porqué no quieren.
la actitud le gana por mil a la aptitud.
lo que si es seguro, es que cuando el campo de acción y de influencia rebasa lo que uno puede hacer, simplemente es algo que no se puede contener. Es momento de compartir y transferir en cierta medida la responsabilidad y el riesgo con los que si tienen más campo de acción.
eso aminora el estrés y desatora ... el chamaco... como dicen acá.
bien, eso empecé a hacer hoy, sutilmente pero a la vez con un mensaje de ultimatum entre líneas.
al parecer funcionó.
al final de la tarde se empezaron a ver resultados, espero que mañana se concreten otros y así continúe.
al final de la semana sabré que tanto lo logré y qué puedo esperar para los días que le siguen.

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