jueves, noviembre 20, 2008

hablando de disfrutar la vida...

terminaba mi anterior entrada diciendo que se trata de disfrutar la vida y justo esta mañana, cuando me estaba alistando para la jornada, escucho en las noticias que lamentaban la partida de una de las figuras más reconocidas por lo que ella misma decía: "hablar sin pelos en la lengua".
Estoy hablando de Anabel Ochoa, una española radicada en México desde hace muchos años y que quería a esta Patria como si fuera su país natal.
ya la había visto hace como unos 4 o 5 años en la tele y me llamó la atención por su excentricidad, pero después de eso, fue solo hace como un año, que regresando una noche de Cuernavaca y buscando algo que poner en la radio, di con su programa.
desde entonces, el segmento prácticamente diario de 12 a 3 am era casi siempre escuchado, a veces la adicción a la tele o al internet me permitían solo llegar a los últimos minutos, pero aún así era divertido y enriquecedor.
y como seguramente todos sus radioescuchas, también aprendí un montón de todo, me hizo tomar conciencia de muchas situaciones tan difíciles que viven personas que pueden ser nuestros vecinos, compañeros de trabajo e incluso amigos y que no tenemos ni la menor idea por lo que están pasando. Y sin falta, me hacía reír.
hasta tomé nota de algunos teléfonos que daba recomendando a algún doctor, curso, centro de ayuda, etc. Nunca llamé pero ahí los tenía.
pues bien, además de la tristeza que deja la partida una persona como ella (encantadora, alegre, sincera y verdaderamente interesada por los demás) deja un profundo sentido de reflexión sobre lo que hacemos con nuestra vida.
me puse a pensar... pero si hace un par de dias la escuché, tan vivaz, tan alegre como siempre, ¿cómo es que pasa de repente todo esto? ¿cómo es que ya no está? y es raro que justamente esta semana, estaba pensando en las muchas cosas que quiero hacer, en mi deseo de viajar por todo el mundo, ya saben, antes desde verlo desde el cielo (espero).
estaba pensando también en esos planes que tengo y que ante la incertidumbre de lo que pueda suceder mañana, pasado mañana o en 3, 5 o 10 años, qué mejor que disfrutar ahora que tenemos las posibilidades de hacerlo, porque siempre hay posibilidades, de repente cuesta abrir los ojos y enfocarlos, pero allí están los medios para hacer lo que verdaderamente queremos.
Anabel dejó huella, una muy profunda, leo entre muchos, los mensajes dejados por sus admiradores en La 1260 y es evidente el amor, el cariño, el respeto, la admiración y la gratitud que esta mujer inspiraba.
algunas de esas ocasiones en que uno se pone a filosofar con otro amigo que guste de lo mismo, salen a flote esas preguntas de tipo ¿qué hago en mi vida? ¿para qué estoy acá? ¿cuál es el sentido de tener esta capacidad de elección? y un término llega a la plática: la trascendencia.
Anabel verdaderamente trascenderá, bueno, de hecho ya lo hace y desde mi punto de vista es porque fue una persona que con un interés genuino se preocupaba y ocupaba de todo aquel que deseaba tener un contacto con ella y ella, ponía a su vez, variedad de medios posibles para que eso sucediera. No dejaba de expresar amor, cariño y agradecimiento y se podía escuchar en sus palabras la sinceridad con lo que lo hacía.
Creo que hay mucho para seguir reflexionando, pasan en mi mente muchos pensamientos que pueden alargar esta entrada mucho más de lo que probablemente algún lector esté dispuesto a leer.
En lo personal me quedo con aquello que aprendí y vuelvo a formularme la pregunta ¿qué es lo que verdaderamente me interesa, me importa y quiero?
ahora que empiezo a enfrentar una época de cambios importantes, es una pregunta tan contundente y de repente difícil de responder que por momentos quisiera esquivarla.

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